Del Tratado de Versalles a la Hiperinflación Alemana

Antes de nada debemos saber que es una inflación. Esta es un aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios en un país durante un periodo de tiempo, normalmente de un año. Al producirse una subida del nivel de los precios, con cada unidad monetaria se podrán adquirir menos bienes y servicios. Es decir, la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda.


Pues bien, durante 1919 a 1923 periodo conocido como el  de entreguerras, mientras tenía lugar la República de Weimar, Alemania fue presa de una de las mayores inflaciones de la historia.




Traslademonos a 1919, con la IGM ya terminada, tenía lugar la firma del Tratado de Versalles, en el cual se culpaba a Alemania de la guerra y se le exigía pagar por los daños ocasionados a los países vencedores como a los beligerantes. La cantidad a pagar ascendía a los 20.000 millones de marcos-oro, estableciéndose una serie de plazos para realizar los pagos. El gobierno alemán que durante la guerra decidió imprimir grandes cantidades de papel moneda, en vez de continuar con el establecido patrón oro, pudo hacer frente a los primeros pagos.

Fue en 1921, cuando tuvo lugar la fuga de marcos, lo que hizo recurrir a la masiva impresión de papel moneda y consecuentemente devaluar rápidamente el marco.

Aunque la impresión de este papel moneda ayudó al gobierno a pagar las reparaciones, esto hizo que rápidamente los mercados internacionales se diesen cuenta de la gran devaluación del marco y que tanto los belgas, franceses y británicos exigiesen el pago en recursos naturales generando una fuerte presión a la economía alemana.


La celebración de las conferencias internacionales sobre las reparaciones de la guerra de la primavera de 1922 no lograron establecer un acuerdo por parte de Francia e Inglaterra, y Estados Unidos, el cual fue el mayor acreedor de Alemania, lo que desencadenó la conocida hiperinflación alemana.


Como consecuencia los precios de los bienes y servicios de primera necesidad aumentaron, imposibilitando ahorrar a las familias. Al mismo tiempo las ciudades y zonas industriales como Ruhr sufrieron escasez de alimentos.


La situación empeoró más cuando en enero de 1923, tropas de Francia y Bélgica ocuparon el Ruhr con la intención de asegurarse el pago de las reparaciones. Ante esto los trabajadores alemanes decidieron convocar una huelga mientras que el gobierno seguía emitiendo papel moneda, empeorando la situación.

En octubre de ese mismo año, la inflación se había disparado hasta el 29.500% mensual, con los precios duplicándose cada 3 o 4 días. Una rebanada de pan, que costaba 250 marcos en enero de ese año, subía hasta los 200.000 millones de marcos en noviembre.


Un billete de 1000 millones de marcos sólo servía entonces para comprar tres huevos.


Finalmente esta desastrosa situación acabó en 1923 cuando el Gobierno decidió introducir una nueva moneda, el rentenmark, que tendría un valor fijo y sería sustentado con tierras agrícolas, esta idea propuesta por el presidente del Banco Central, Hjalmar Schacht. Además los precios se estabilizaron y posteriormente los acreedores de Alemania acordaron volver a estructurar los pagos pendientes de la guerra.  (Más información aquí)


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SABÍAS QUE… Debido a la hiperinflación la gente transportaba sus salarios en maletas y hasta en carretillas, esto se debía a que los precios y los salarios subían de un día para otro, llegando los obreros a cobrar hasta tres veces al día.




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