El gran impacto del cambio climático en la economía

 

El cambio climático no es únicamente una amenaza para el planeta y las personas, también lo es para la economía mundial. Se trata de un problema que requiere de la colaboración entre el sector público y el privado para cambiar el modelo productivo hacia otro que garantice e impulse el desarrollo y el crecimiento económico sostenible.

Las olas de calor reducen considerablemente la capacidad de trabajo y la productividad. Los huracanes, ciclones y tifones afectan a millones de personas, dejándolas en la más absoluta pobreza tras arrasar poblaciones. Y, las sequías reducen las cosechas, dificultando cada vez más la tarea de alimentar a la población mundial. El Banco Mundial advierte que si no se adaptan medidas de carácter urgente los impactos del cambio climático podrían empujar a la pobreza a 100 millones de personas más en 2030.



Son cada vez más los estudios y actuaciones que demuestran que las medidas destinadas a combatir el calentamiento global son una oportunidad de oro para garantizar el desarrollo sostenible e impulsar el crecimiento económico. La Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima explicó en un informe de finales de 2018 que la adopción de medidas climáticas ambiciosas podría generar unos beneficios económicos de 26 billones de dólares hasta el año 2030, así como 65 millones de nuevos empleos con bajas emisiones de carbono.

De acuerdo con este informe, para construir un modelo de crecimiento más resiliente y beneficioso para las personas hay que acelerar la transformación estructural en cinco sectores económicos clave: desarrollos urbanos más inteligentes, sistemas de energías limpias, gestión inteligente del agua, uso sostenible de la tierra, y economía circular industrial.

Profundizaremos un poco más acerca del último concepto mencionado. Hoy, el 95% del valor del material de embalaje de plástico se pierde tras el primer uso. Políticas que fomenten un uso más circular y eficiente de los materiales podrían mejorar la actividad económica mundial y reducir los desechos y la contaminación.

Al mismo tiempo, la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima insta a los líderes del sector público y privado a tomar una serie de medidas de carácter urgente en los próximos dos o tres años: obligar a las empresas a divulgar los riesgos financieros relacionados con el clima, fijar un precio al carbono, acelerar la inversión en infraestructura sostenible, aprovechar al máximo el poder del sector privado potenciando la innovación y avanzando en la transparencia de la cadena de valor, y adoptar un enfoque centrado en las personas para asegurar un crecimiento equitativo y una transición justa.

Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se señala que aún no es tarde para revertir el cambio climático y minimizar sus terribles impactos. Y lo cierto es que la humanidad tiene hoy día la capacidad organizativa y tecnológica para compensar y restituir todos los daños causados al planeta, y reconciliarse nuevamente con la naturaleza.






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